viernes, 5 de diciembre de 2008

La voz de las víctimas

Interesante enlace que conecta con una campaña realizada por Médicos sin Fronteras en Kivu Norte.

martes, 25 de noviembre de 2008

Zimbabue, país en caída libre

Tras salir del Delata del Okavango me dirigí a la ciudad de Francistown (Botsuana) para al día siguiente intentar conseguir transporte para entrar en Zimbabue. De este país me atraían mucho dos aspectos que quería ver en persona: el primero era conocer de primera mano como era la situación de la población ante la gravísima crisis económica que lleva atravesando Zimbabue durante varios años en la que la inflación y la devaluación de la moneda son galopantes, todo esto agravado por la imposibilidad de llegar a un acuerdo político tras las elecciones presidenciales, a todas luces injustas, que tuvieron lugar en marzo de este año. El otro punto de interés para ir a Zimbabue era el conocer y visitar el Gran Zimbabue, unas ruinas enormes de un antiguo imperio en el corazón del país que dieron mucho que hablar a los arqueólogos de hace un siglo (escribiré sobre este lugar en el próximo capítulo)



Llegué desde Botsuana en una furgoneta como la que aparece en la foto de abajo y más o menos con el mismo número de personas. Hay muchos emigrantes de Zimbabue en los paises limítrofes y Botsuana no es una excepción. Desde las ciudades cercanas a la frontera salen cada día un montón de coches y furgonetas privadas que hacen el recorrido entre aquellas y ésta. La gente que va a trabajar o comprar productos básicos para luego venderlos en Zimbabue hace largas colas en la carretera a la salida de las ciudades para conseguir previo pago un sitio en cualquier tipo de transporte que les pueda llevar hasta su país.




Este tipo de furgonetas no son precisamente una carroza de reyes. Si no te clavas los hierros que sobresalgan del vehículo te encuentras con el saco de lleno de zapatos del pasajero de al lado y debido al viento provocado por la velocidad y al sol abrasador, la gente prefiere ir tapandose la cabeza con un pañuelo o un gorro, sin poder hablar casi y tratando de resguardarse al rebufo de la cabina del conductor. Pero bueno, es lo que hay y suele llegar a su destino, que eso es lo importante.


En el viaje de dos horas desde la frontera hasta Bulawayo, la segunda ciudad por importancia de Zimbabue, me encontré a esta señora. Yo entraba en el país con cierta aprehensión por los comentarios que había recibido, por lo que había leído en la prensa y la guía que llevaba, así que tener una referencia local para ayudarte a dar los primeros pasos en un lugar desconocido es siempre bienvenida. Entre los dos llegamos a un acuerdo: quedamos en que yo le pagaba parte del trayecto a cambio de que me ayudase a encontrar un lugar donde dormir seguro, pseudolimpio y barato.

Me llevó a un hotel que estaba en el centro de la ciudad y que resultó el sitio perfecto. Allí empezó a cambiar mi concepción del país. Tras caminar por las calles de Bulawayo descubres que aquello no es el salvaje oeste sino un lugar que en los años 80 justo después de la independencia debió ser un paraiso terrenal y que hoy, debido a la enorme cleptocracia, se ha convertido en la sombra de lo que fue, pero aun así la sombra es bastante alargada. Viniendo del Congo, este país es Suiza. Hay carreteras, tendido eléctrico, red de teléfono fijo, se puede beber del grifo (en realidad es obligatorio ya que, al no poderse permitir comprar agua mineral, no venden botellas), las ciudades son ordenadas y los edificios están muy bien conservados. Pero claro, el vivir de las rentas no es eterno y ya se notan bastante los estragos de la población. Por todas partes, desde muy temprano, hay enormes colas formadas alrededor de los bancos (están viviendo una especie de Corralito ya que sólo pueden sacar medio dólar del banco que no les da para nada) La gente en general trata de mantener sus puestos de trabajo a pesar de que el salario mensual que reciben hace mucho que no da ni para cubrir las necesidades básicas de un par de días, aun así siguen yendo al trabajo con la esperanza de que la situación mejore en el futuro.


Al final, después de dejar las cosas en el hotel invité a comer a esta señora (lo siento, no me acuerdo de su nombre) y le di dinero para que continuase su ruta en tren al día siguiente hasta su ciudad donde sus hijos le esperaban. La comida en este país de crisis se compone de un potaje de maiz que llaman sadza, un poco de carne dura en salsa y algo de verdura. Cuando vas a los supermercados, antaño repletos, te los encuentras completamente vacíos y sólo con pan y gusanitos en las estanterías, así que en los restaurantes locales sólo dan este plato nacional que tuve el placer de degustar durante cinco días seguidos. Aunque debo decir que no está mal.

La última aventura del día fue cambiar dinero. En realidad para un extranjero está completamente prohibido cambiar dinero en la calle. Hay que ir teóricamente a un banco para que te den básicamente nada por tus dólares estadounidenses, tus pulas de Botsuana o tus rands de Sudáfrica. En cambio en el mercado negro la tasa es más aceptable siempre y cuendo no te timen o te roben o te pille la policía, es decir, éste era "el momento" donde me la jugaba. Me metí en un locutorio y empecé a hablar con la gente sobre la situación del país y tras un rato cambié de tema y empezamos a hablar de la tasa de cambio del día (en realidad hay que hablar de la tasa del momento ya que cambia de hora en hora)

Tras intimar un poco les pedí que me llevasen a un lugar donde cambiar con lo que salimos de allí y nos dirigimos a una tienda que había vivido momentos mejores sin duda. En ese lugar, en la trastienda había una señora entrada en carnes. Debido a que pensaba que todo en el país iba a ser más caro me decidí por cambiar de una vez 100 dólares. Afortunadamente la señora se apiadó de mí y no me timó ni el chico que me acompañaba me robó, pero eso sí, cometí un error: cambiar tanto dinero. Al final en los hostales u hoteles a los extranjeros no les permiten pagar en moneda local así que tenía un montón de dinero para gastar y sin poder hacerlo ya que no hay nada que comprar. Otra consecuencia de haber cambiado tanto dinero es que cada vez lo que tienes vale menos, esto que en Europa puede ser trivial, en Zimbabue no lo es. En los cinco días que estuve la moneda se devaluó un 80% así que el objetivo era cambiar de vuelta a dólares en cuanto pudiese.



Bueno, la impresión general de Zimbabue que me ha quedado es muy buena y merece la pena volver cuando las cosas mejoren y se calmen.

Ahora hay reunida en Sudáfrica una delegación de "sabios" que trata de mediar entre las partes para conseguir llegar a un acuerdo sobre el reparto de poder. Básicamente el mayor escollo es la asignación de ministerios a los dos grandes partidos. Entre ellos se están disputando la importante cartera de interior ya que controlaría toda la policía y seguridad en el país con lo que daría ventaja en el control efectivo de la población. No hay que olvidar que Mugabe ha estado reprimiendo a la población durante muchos años de su mandato y ha estado utilizando la policía y el ejército para mantener a raya a la oposición.

lunes, 17 de noviembre de 2008

Delta del Okavango

Después de pasar por Zambia, en las pasadas vacaciones, me dirigí a Botsuana con el fin de llegar hasta Maun, una ciudad que se encuentra en medio de una zona semidesértica pero que tiene como aliciente el estar también al lado del Delta del Okavango.

El Okavango es un río que nace en Angola, atraviesa Namibia y que tras un recorrido un tanto errático desemboca, no en otro río o en el mar, sino en medio de una llanura enorme (en Geografía a este tipo de cursos acuáticos se le llama cuenca endorreica)

Lo que hace especial a este río es que debido a lo ininterrumpido de las lluvias en su tramo superior, lo que debería ser un lugar seco y yermo, continuación del desierto del Kalahari, se convierte en un gran valle con agua permanente y fértiles pastos que albergan una de las mayores cantidades de mamíferos de Africa.
Aquí en Bunia tengo una conocida que es piloto de un pequeño avión que hace la ruta diaria entre Entebbe (Uganda) y Bunia operando bajo las siglas de Naciones Unidas. Un día, cuando le dije que tenía pensado ir de vacaciones a Botsuana, me comentó que no dejara de ver el Delta del Okavango, un lugar en el que ella había vivido ya que trabajó contratada como piloto para una empresa local dedicada a vuelos nacionales y vuelos escénicos. Al final de la conversación me dió un par de números de teléfono de las amigas que trabajaron con ella en Maun para que contactase con ellas para ver si podían dar una vuelta.
Dicho y hecho, en cuanto llegué allí llamé a la antigua jefa de mi amiga que, sin yo pedirle nada, me dijo que me acercara al aeropuerto al día siguiente a eso de las tres y media ya que a las cuatro tenía contratado un vuelo escénico con unos clientes.
Al día siguiente, cuando llegué, los clientes ya estaban esperando en las oficinas de la compañía. Eran una familia de suecos (padre, madre e hija) que habían contratado el avión entero (un Cesna de seis plazas) para que les diesen una vuelta por el delta. Lo divertido de la historia es que esta familia, al haber tenido que pagar todo el avión a pesar de no cubrir todas las plazas, andaban un poco cabreadillos. Yo llegué a las oficinas con mi camiseta sin lavar de hacía un par de días y rápidamente los empleados me hicieron pasar al interior para contarme que me tenía que hacer pasar por piloto en pruebas para que los clientes no se enfadaran por meterme a mí en el vuelo sin pagar. Me dieron una camisa de piloto de la compañía que me tuve que poner y tras salir de la oficina me tuve que presentar y estar con ellos yo solo hasta que el verdadero piloto y su avión aterrizasen de un vuelo previo.
Imaginaos la escena cuando me empiezan a preguntar aspectos técnicos del vuelo: ¿qué altitud vamos a llevar?, ¿qué velocidad?, ¿con qué compañías había trabajado antes?, ¿qué tipos de aviones?, etc, etc. ¡¡qué vergüenza!! Bueno pude salir de aquella con un poco de cara y muchas vaguedades del tipo: no muy alto, no muy rápido, aviones pequeños, que horror el accidente de Barajas, etc.
Al final salió todo fenomenal, conocí al verdadero piloto y nos llevaron sobre el Delta del Okavango durante más de una hora viendo elefantes, jirafas, hipopótamos, cebras, etc. Fue algo espectacular que no lo olvidaré fácilmente.
No saqué muchas fotos porque quedaría muy mal ante la familia de suecos que un piloto experimentado como yo se dedicara a tomar imágenes de los animales y hacer aspavientos de ilusión ante lo que andaba viendo. Bueno, os mando unas pocas.

martes, 11 de noviembre de 2008

Zambia también vota

Las reacciones ante la victoria de Barack Obama en las elecciones presidenciales de EE.UU. han debido ser enormes en los países desarrollados a juzgar por la cobertura mediática que se le ha dado a todo el proceso electoral. Pero por aquí, un poco más al sur, las prioridades de la gente, a pesar de las expectativas poco realistas de los gobiernos africanos ante un cambio de política de EE.UU. hacia este continente (ver este enlace) ahora que el nuevo presidente tiene ascendencia africana, son sobrevivir y conseguir llegar no a fin de mes sino al final de la jornada.



De todas formas las elecciones también tienen lugar en otras partes del mundo, no sólo en América. En Zambia todo el mundo estaba como loco ante las presidenciales que se celebraron el 30 de octubre pasado debido a la prematura muerte en medio de la legislatura de su presidente, Levy Mwanawasa, en agosto pasado. A mí me tocó vivir el final de la campaña electoral de camino hacia Botswana y la resaca de la misma después de los resultados a la vuelta de Zimbabue.



En liza había principalmente dos candidatos: Rupiah Banda, el antiguo vicepresidente y Michael Sata, el candidato del partido mayoritario de la oposición. A estos se sumaba un tercero, Hichilema Hakainde que, joven y rico, se presentaba como la alternativa del cambio y la ruptura con los partidos tradicionales a pesar de que sólo contaba con base electoral en el sur del país.



Banda se presentaba como el continuador de la política del antiguo presidente, visto por todo el mundo, tanto seguidores de un candidato como de otro, como un buen político. Los detractores de Banda decían que no debía ganar por la gestión del presidente fallecido ya que el no había hecho nada para merecerlo, simplemente ser su vicepresidente.





Me hacía mucha gracia preguntar a la gente, sobre todo jóvenes que incluso no podían votar ya que no estaban registrados, el porqué creían ellos que Sata debía ser elegido. Todos me decían "es un hombre de acción", cuando trataba de que me especificaran un poco ellos continuaban "es un hombre de acción". Sus detractores decían de él que sólo quería el poder y que era un tipo peligroso debido a su fama de agitador de masas y potenciador de rivalidades tribales.



HH, como le llama la gente parecía un tipo que preconizaba la renovación pero sus opositores le veían con poca experiencia en política.



Los principales asuntos a tratar no se referían a la crisis financiera global ni nada por el estilo sino a como hacer frente a la subida del precio de los alimentos, mejorar el sistema educativo o ver que hacer con los ingresos de las minas en la región de Copperbelt, cerca de Lubumbashi (RDC).


Cartel de la Comisión Electoral de Zambia para promover la participación en las elecciones presidenciales.

Concierto en Lusaka con un montón de grupos musicales locales a favor de la participación en las elecciones.


Cuando estuve en Livingstone ocurrió una cosa muy curiosa. Por la mañana me fui a ver las cataratas Victoria y al lado de la carretera, en un aparcamiento, había dos camiones enormes parados y rodeados por muchos policías que los estaban custodiando. Frente a ellos había una gran muchedumbre concentrada al otro lado de la calle que increpaba a los antidisturbios y saltaba y cantaba. Estuve preguntando que ocurría y la gente me dijo que creían que los camiones, que venían de Sudáfrica, estaban repletos de papeletas ya marcadas con las siglas del partido en el gobierno (el de Rupiah Banda) y querían quemarlos para que no pudieran llegar a Lusaka y fueran distribuidas con el consiguiente pucherazo.

Por la tarde, al volver de las cataratas y pasar por la misma calle, los autobuses ya no estaban y en cambio había piedras, neumáticos y palos desperdigados por todas partes. La gente y la policía, me contaron, se habían enzarzado en una batalla campal que había terminado con la dispersión de los manifestantes a base de gas lacrimógeno y con las dudas del gentío. Los camiones se abrieron y estaban únicamente llenos de lámparas y baterías para los colegios electorales.
A la vuelta de Zimbabue conocí los resultados: Banda, el antiguo vicepresidente del gobierno saliente había ganado las elecciones por poco margen y con la certeza de los partidores del opositor Sata de que había amañado los resultados. Banda se proclamó presidente casi inmediatamente y Sata todavía no lo ha reconocido como vencedor.
Veremos que pasa. La gente con quien hablé lo único que quería era que el país continuase estando en paz.

miércoles, 29 de octubre de 2008

Perdido del mundo

Para todos los preocupados y preocupadas. Aprovechando que la situación en Bunia en particular y en Congo en general (pinchar en el enlace para más info) se estaba poniendo calentita me he ido de vacaciones (las que me tocaban) a Zambia. Ahora os escribo desde un albergue en la ciudad de Livingstone. Mañana me iré para Botswana y luego a Zimbabwe. Llegaré a Lubumbashi el día 10 de noviembre.

Esto es una locura (también aquí). Mañana hay elecciones y la gente está muy alterada. Ya os contaré ... de momento os mando unas fotos para daros un poco de envidia (sana)









miércoles, 15 de octubre de 2008

De escapada en Kampala

De escapada, y nunca mejor dicho, ya que los acontecimientos que hemos estado viviendo últimamente en Bunia bien merecen un descansito psicológico (afortunadamente yo me lo puedo permitir, no así la población local o el personal de las ONGs)




El viernes tomé el avión de la MONUC desde Bunia hasta Entebbe (Uganda) para encontrarme con Manuel, Gabi y Marcos que vinieron a verme desde España y éste era el último fin de semana que iban a estar por tierras africanas. Aprovechando que el personal que está en Bunia tiene derecho a coger cada dos meses un fin de semana de descanso en Entebbe, me fui para allá para despejarme un poquito y reunirme con ellos y otros amigos.



El viernes nos quedamos en casa de Priscilla en Entebbe con Javier y Nina esperando que llegase el grupo de españoles en un taxi desde Kampala. La noche la pasamos por allí y a la mañana siguiente nos fuimos todos a la capital, nosotros nos hospedamos en un albergue llamado Red Chilli (recomendable) y los otros en hotel céntrico que ya habían reservado previamente. Por la tarde nos reencontramos y fuimos a cenar y palpar la noche kampaleña. El domingo dimos unas vueltas por la ciudad y nos enteramos que por la tarde había un partido de fútbol entre las selecciones de Uganda y Benin en el estadio Nelson Mandela, así que para allá fuimos a mezclarnos entre la hinchada local. Por la noche yo me volví a Entebbe a dormir y ya me despedí de mis amigos que se volvían el miércoles. La verdad, está genial recibir visitas por aquí ... así que sois todos bienvenidos.









Al principio decía que había habido ciertos acontecimientos en Bunia. Efectivamente, en este suma y sigue de despropósitos hemos recibido nuevas alertas de seguridad debido a ataques de la nueva milicia que se ha formado en el territorio de Irumu, al sur de Bunia. A pesar de que la oficina de seguridad de la MONUC en Bunia no había abierto la boca ni siquiera para enviar un correo electrónico sobre la situación y dar calma a los trabajadores de UN, yo y mis amigos nos íbamos enterando de todo el desarrollo de los acontecientos por las ONGs o las reuniones de coordinadores. Os relato un poco lo que sucedió:


El nuevo grupo rebelde que ha relevado al antiguo FRPI se llama Frente Popular por la Justicia en el Congo (FPJC). Ahora están más organizado y han integrado a varios grupos étnicos, además han recibido armas desde fuera del país (población local ha visto avionetas de abastecimiento) que hacen que su fuerza sea mayor. Hace dos semanas ya había rumores de que los milicianos se estaban acercando a Bunia, atacando las poblaciones, robando y creando pánico y caos allí por donde pasaban. La semana pasada atacaron ciertas posiciones de la FARDC, el ejército gubernamental, el cual tiene por costumbre huir inmediatamente sin pegar un solo tiro. Los rebeldes también atacaron Kombokabo y consiguieron cortar así la ruta principal de salida de Bunia hacia el interior del país. Personal de ONGs quedaron atrapados por la zona sin poder volver a Bunia y otros fueron evacuados al final de la semana pasada por los acontecimientos (si son pueden salir al terreno no pueden trabajar y no tiene sentido su presencia)


El viernes por la mañana, el día que yo volaba para Entebbe, había rumores de que los rebeldes estaban a 8 kilómetros de la ciudad y que iban a atacar esa misma noche. La población local desapareció de Bunia, todas las tiendas cerraron y todo el mundo empezó a prepararse en caso de que los milicianos entrasen aquí.


Hechos surrealistas se sucedieron como el siguiente: los militares del FPJC, bastantes sin uniforme, atacaron poblaciones cercanas a Bunia y robaron 450 vacas. Los jefes locales de esas aldeas, tras la calma, fueron a hablar con los milicianos para pedirles por favor que se las devolviesen, cosa que hicieron en parte pero llevándose la mayor cantidad del botín.


Mientras, por la tarde, las FARDC con el apoyo de la MONUC contraatacaron las posiciones rebeldes y los dispersaron antes de llegar a la ciudad pero aún así el objetivo estaba cumplido: mostrar su fuerza y poder de atemorización. Por la noche todo estaba en calma. Todo el mundo en sus casas, con la radio en la mano y los militares marroquís patrullando por las desoladas calles. Los milicianos saben que a Bunia no pueden llegar debido a todos los contingentes de cascos azules de la ONU pero han conseguido paralizar toda la actividad fuera de la ciudad. Veremos acontecimientos.

Podéis leer la noticia que apareció en la BBC pinchando sobre este enlace (en inglés) y pinchando en este otro enlace (en francés) se puede acceder a otra interesante noticia al hilo de lo que sucedió en Dungu con el LRA y que ya comenté en otro post anterior.

miércoles, 8 de octubre de 2008

Nuevo inquilino

La semana pasada Sami y yo nos cambiamos de casa. Aprovechando que el pasado miércoles era festivo en la MONUC, ya que se celebraba el fin del Ramadán, nos pusimos manos a la obra e hicimos todo el traslado al nuevo sitio. Las razones de la mudanza, nuevas sensaciones y fotos lo dejaré para más adelante.

Hoy en cambio quería hablar de una nueva compañera de casa. Se llama Matata.

Como detalles de su personalidad diré que no para de morderme los zapatos, pantalones y camisas; está pidiéndome jugar todo el tiempo y si me meto en casa para hacer cualquier cosa no deja de llorar desconsoladamente y husmear por debajo de la puerta por si estoy cerca.

Desgraciadamente sólo estará conmigo quince días ya que con quien ella suele vivir normalmente es con Alberto y Catherine, unos amigos mios que están ahora de vacaciones. El tío Diego tratará de que Matata se lo pase lo mejor posible (por cierto matata en swahili significa "problema", supongo que os acordáis de la canción de la película del Rey León)





jueves, 25 de septiembre de 2008

Explosión de rabia en Dungu

Como ya comenté hace ya algún tiempo, la situación en Dungu, en el extremo noroccidental del Congo, está bastante caliente. El LRA (Ejército de Liberación del Señor) que teóricamente lucha contra el gobierno ugandés ha tomado como base de operaciones las zonas selváticas casi impenetrables del parque nacional de Garamba y su area circundante, donde se encuentra Dungu.

Yo tuve que ir en misión a aquella parte para realizar un levantamiento topográfico del aeropuerto de la ciudad y tomar puntos GPS y levantar la cartografía de los alrededores del pueblo así como las rutas principales de salida. Me hospedé con los observadores militares que hay allí y tuve la suerte de coincidir con Sebastián y Wilson (uruguayo aquel y boliviano éste) quienes me hicieron la estancia super agradable y me trataron fenomenal. En definitiva, unos amigos.

La semana pasada el LRA ha estado haciendo incursiones en toda aquella zona ante la impotencia de la población civil, la inefectividad de la MONUC y la pasividad del ejército gubernamental que son en última instancia quienes tienen que combatir, ayudados logísticamente por la MONUC, contra los grupos armados que operan en territorio congoleño. Las razones de la inefectividad de unos y la pasividad de otros son claras y me las reservo para mí en este caso.

Como decía, la semana pasada el LRA atacó, como es su costumbre, poblados indefensos para violar a las mujeres, secuestrar a niños para convertirlos en soldados, robar el ganado y las cosechas, matar a los hombres y saquear cuanto pueden. Ante esta situación de miedo e incertidumbre las gentes de Dungu y alrededores se preguntan porqué tantos militares allí, acampados al lado del aeropuerto y sin actuar, mientras sus vidas pueden en cualquier momento correr tantos peligros. Los acontecimientos que he descrito antes no justifican en absoluto los hechos que a continuación voy a relatar (contados y sufridos por Wilson y Sebatián) os pueden dar una idea de la forma de reaccionar y actuar de la gente ante situaciones que se les escapan de su entendimiento y ante la rabia y desesperación cuando oyen rumores de que el LRA matará a un niño de los secuestrado por día si las tropas de la MONUC no se van de la zona.

El pasado miércoles unas cuatrocientas personas llevando piedras, palos y machetes se reunieron en silencio a las puertas de la casa-oficina de los observadores militares que se encuentra en la ciudad de Dungu, a media mañana entraron por sorpresa en el recinto rompiendo el portón de entrada y comenzaron a destrozar todo lo que se encontraban a su paso. Wilson salió de la oficina al oir el ruido y en cuanto vió a la gente entrando salió corriendo con otro compañero, la cocinera y limpiadora y escaparon por la puerta de atrás. Consiguieron llegar hasta una escuela cercana y la maestra los dejó entrar, los escondió dentro de un aula y cerrando la puerta con un candado y dándoles la llave. Después ella se marchó de la zona para que no la pudiesen relacionar con ellos. Otros dos compañeros de Wilson quedaron atrapados en la casa-oficina, resultando heridos leves. Al fin y al cabo el objetivo no era hacer daño a las personas si no lanzar una clara advertencia a los que vivían allí. Inmediatamente Wilson y los suyos llamaron a los militares marroquíes que se encuentran acantonados en el aeropuerto, a 8 kilómetros, para que viniesen a socorrerlos. Cuando llegaron los refuerzos la gente había puesto barricadas en el único puente que da acceso a la ciudad y bloquearon el paso durante un tiempo. Cuando consiguieron dispersar a la gente y encontrar a los que se habían escondido se fueron a la casa-oficina para evaluar los daños: el coche completamente calzinado, los ordenadores robados, los generadores de electricidad destrozados, el interior de la casa completamente saqueado, la ropa, documentos de identidad y el dinero ahorrado quemados o desaparecidos.

La sede de los observadores militares se ha cerrado sine die y sus integrantes están en Bunia tratando de recuperar algo de dinero y los documentos a través de sus seguros ... y mientras todo sigue en calma y tranquilo para el LRA.

martes, 23 de septiembre de 2008

Cruzar el lago Alberto

Este es el primero de una serie de relatos sobre el viaje que hemos realizado durante mis vacaciones de agosto por tierras congoleñas, ruandesas y ugandesas.

El mes pasado, cuando me fui de vacaciones con amigos que habían venido de España a visitarme, tuvimos que cruzar el lago Alberto para salir del país y continuar nuestro especial periplo por tierras ugandesas. El viaje desde Kasenyi, como se llama la población ribereña de la parte congoleña, hasta Ntoroko, el pueblo perdido de la mano del hombre que se encuentra en el extremo suroeste del lago y pertenece a Uganda, fue bastante tranquilo y rápido en comparación con viaje de ida que mis amigos tuvieron que sufrir para llegar, en dirección contraria, hasta el Congo. Pero vayamos por partes:

El día 10 de agosto llegaron Javi, Cris y Bea a Entebbe, el aeropuerto internacional de Uganda. La idea original para que pudiesen llegar a Bunia fácilmente era comprar unos billetes en una compañía aérea utilizada por trabajadores de ONGs que conecta Kampala con ciudades del Congo un tanto inaccesibles para dar servicio a estas organizaciones humanitarias. Desgraciadamente fue imposible conseguir billete ya que las fechas en que había vuelos no nos venían nada bien.

Finalmente, para llegar hasta Bunia tuvieron que tomar un taxi al día siguiente hasta Kampala para coger muy temprano el autobús que los llevó hasta Fort Portal en unas tres horas. Desde allí se trataba de conseguir un vehículo que los pudiese transportar hasta Ntoroko y poder cruzar el lago con un "barco" que descubrí hace el viaje todos los días. Desde Bunia, las pocas informaciones que había podido recabar sobre este último tramo de carretera consistían en conocer la distancia y un poco el estado de la ruta ... nada más. La distancia eran 80 kilómetros y el estado de la carretera era el normal y previsible en esta parte de África, es decir, sin asfaltar y de tierra compacta, así que yo contaba con que invirtiesen unas tres horas en hacer el recorrido, a unos 25 kilómetros por hora, el tiempo justo para que pudiesen tomar el último barco para atravesar el lago, que según lo que me decía todo el mundo, tardaba dos horas de orilla a orilla.

El tramo entre Entebbe, Kampala y Fort Portal lo hicieron en tiempos previsibles y de manera confortable, con los míticos autobuses Kalita desafiando el tráfico, el ganado, los ciclistas de las cunetas y la velocidad del sonido. Al llegar a Fort Portal consiguieron un camión de transporte (transporte de todo tipo: mercancías, animales vivos y muertos y humanos, todos juntos y en "armonía) cargado con bananas, botellas de agua y más pasajeros, vaya, hasta arriba.

Lo que se suponía un viaje placentero y exótico de unas tres horas se fue convirtiendo poco a poco, según empezó a llover, en una bienvenida a África un poco más dura de lo esperado. La lluvia fue convirtiendo el camino en una pista deslizante y el camión en el que iban montados empezó a hacer unos extraños zigzagueos yendo de extremo a extremo y quedándose atravesado en medio del barrizal. Los mensajes de móvil que fui recibiendo y las subsiguientes llamadas de teléfono que yo iba realizando para saber como les iba dejaban entrelucir un supino cabreo que iba in crescendo según la noche iba avanzando. Los rumores de la existencia en los alrededores de leones iban haciendo mella entre mis amigos y les hizo desistir de su intención inicial de realizar andando los últimos 10 kilómetros hasta Ntoroko.

Después de cargar y descargar los plátanos mil veces, de empujar el camión otras tantas sin ningún tipo de orden ni coherencia, mis buenos amigos (aunque nuestra amistad estaba un poco resquebrajada en esos precisos momentos) se disponían a pasar la noche resguardados debajo del motor cuando poco a poco se fue acercando una furgoneta que se dirigía hacia Ntoroko y que parecía llevaba el rumbo más enderezado. La decisión de cambiar de vehículo me imagino que debió darse en milésimas de segundo y la consiguiente discusión con el conductor del primer camión, debido al precio a pagar por tan agradable safari, no tardó en llegar a continuación.

Al final, llegaron a la famosa y bella Ntoroko sobre medianoche y se metieron a dormir en un hotel básico (de los básicos de por aquí) y temprano por la mañana se tuvieron que despertar para ir al "puerto" y montar en el "barco". Ni una cosa ni la otra, el puerto resultó ser la misma orilla del lago y el barco una patera que se encontraba a unos cuantos metros de distancia de tierra firme. Tras mojarse hasta la cintura subieron a la embarcación que los llevó bajo un sol de justicia hasta la otra orilla donde yo ya los estaba esperando.

Continuará ...

El reportaje gráfico de todo el viaje se puede consultar pinchando en estos dos enlaces, donde se puede acceder a las fotos de Javi y las fotos de Bea.

martes, 9 de septiembre de 2008

Lubumbashi

Está considerada como la segunda ciudad en tamaño e importancia del Congo después de Kinshasa, la capital. Desde el aire, cuando uno se asoma para ver a vista de pájaro todo el paisaje de la zona desde la ventanilla del avión, la primera impresión que se percibe es el cambio de color de la tierra debido a la menor cantidad de lluvias en esta zona de sabana y la cantidad de grandes agujeros a modo de queso gruyere que no son más que la presencia palpable de minas de cobre por todas partes. De hecho la ciudad fue fundada por los belgas a pricipios del siglo XX debido a la riqueza geológica del subsuelo de los alrededores y bautizada como Elisabethville por la reina de Bélgica y esposa de Alberto I, el tercer rey de los belgas.

Comparada con otras ciudades del Congo, ésta parece bastante más moderna debido a su pulcra limpieza y a la gran cantidad de edificios relativamente bien conservados de la época colonial, además las últimas guerras libradas en el Congo pasaron bastante por encima de la ciudad y no se notaron en exceso sus consecuencias como en otras partes del país. A todo esto hay que sumar el reguero continuo de millones que recibe la provincia de Katanga y la ciudad de Lubumbashi debido a la instalación de empresas extractoras de minerales que vienen de todas partes: Australia, Sudáfrica, Bélgica o China.

Otra de las razones que esgrime la gente de aquí para considerar a esta ciudad como un modelo dentro del país es la buena gestión que dicen hace el actual gobernador de la provincia: Moise Katumbi, antiguo empresario que milita en el partido del presidente Kabila, que se hizo rico antes de llegar a ser gobernador y que seguro no perderá nada de dinero por seguir ostentando el cargo.

Mi primo Ramiro es el que está en medio y sin barba, los otros chicos son congoleños que trabajan en la MONUC en Lubumbashi y nos enseñaron todas las partes importantes de la ciudad.

Diego y su ordenador portátil que utiliza para tomar puntos GPS y trazar los mapas sobre el terreno.


Fábricas y más fábricas pueblan los alrededores de Lubumbashi, L'shi para los amigos.

Empresas extractoras de minerales en la ciudad de Kipushi, fronteriza con Zambia.

Montaña de desperdicios de cobre y otros minerales que se encuentra en pleno centro de la ciudad.

jueves, 4 de septiembre de 2008

Vida de compromiso en Lubumbashi

Cuando fue a Lubumbashi, allá hace un mes, antes de irme de vacaciones, me hospedé en una casa de la congregación de las Siervas de San José, unas mujeres que han llevado media vida en el Congo, en la provincia de Katanga, volcadas con el desarrollo social y espiritual de la gente en esta región al sureste del Congo.

Mi primo Ramiro trabaja en una ONG de desarrollo en Madrid y cada año tiene que realizar un viaje para ver los proyectos que las contrapartes (las diferentes casas que la congregación tiene por varios países) en el terreno están llevando a cabo con su supervisión y gestión. Este año tocaba ir al Congo así que, aprovechando que teníamos un trabajo de campo pendiente de elaborar en Lubumbashi, le pedí a mi jefe que me asignase para esa tarea y así poder encontrarme con Ramiro.

La estancia fue maravillosa, la acogida por parte de las hermanas resultó muy cariñosa y pude comprobar de primera mano todo el esfuerzo y dedicación plena (afrontando todas las dificultades y adversidades con alegría) de estas mujeres que

Sin duda, una lección de humanidad para todos y un ejemplo a seguir (dificil, pero se les podría llegar a emular en un pequeño porcentaje)

domingo, 10 de agosto de 2008

Ladrillos made in Congo

A continuación os muestro el proceso que se sigue en el Congo para la producción de ladrillos, un material imprescindible para la construcción de casas y, sobre todo, de muros para los recintos.

El primer paso es la recogida de los materiales. Se recoge tierra arcillosa que por esta parte del Congo es muy abundante. En la imagen siguiente aparece un montículo que no es otra cosa que un gran termitero, muy extendidos por Lubumbashi y los alrededores.


El siguiente paso es, mediante moldes de madera, la elaboración de los ladrillos precocidos, que se dejan secar al sol después de haberlos mezclado con agua.


Más tarde se apilan en esta especie de pirámide, dejando unos huecos en la base y recubriendo todo con barro.


Por último se introducen troncos en esos huecos y se prenden hasta consumirse y provocar la cocción de los ladrillos. Tras todo el proceso éstos están listos para ser utilizados.

domingo, 3 de agosto de 2008

Beni

Desde el pasado martes hasta el jueves he estado trabajando en Beni, a unos 200 kilómetros de Bunia hacia el sur ya en la provincia de Nord Kivu, en una nueva misión de trabajo de campo. Esta vez se trataba de un doble proyecto: por un lado la oficina de Desarme, desmobilización, repatriación, reintegración y reasentamiento (DDRRR) de Beni quiere realizar varios mapas sobre la presencia y actividad de un grupo guerrillero llamado ADF/NALU con el objetivo de conocer geográficamente su situación, mostrar donde se encuentran sus bases de reclutamiento, sus movimientos, sus efectivos y acciones y poder trabajar para su desmobilización futura.

ADF ( Fuerzas Democráticas Aliadas) y NALU (Ejército Nacional para la Liberación de Uganda) son dos milicias que a pesar de tener como objetivo el derrocamineto del gobierno ugandés tienen sus bases en el Congo y además más de los dos tercios de sus combatientes son congoleños. Es otro de los problemas importados que tiene que sufrir este país por tener una gran cantidad de vecinos inestables y extensas e impenetrables fronteras.

El otro proyecto viene propuesto por la oficina de seguridad de Beni. Me pidieron hacer un mapa detallado de la ciudad mostrando los principales puntos de infraestructuras, calles, etc. y donde se pudiera ver reflejado la localización del alojamientos del personas de la MONUC y el plan de evacuación en caso de alarma. Para ello se ha obtenido una imagen de satélite de alta resolución, he ido al terreno para identificar con sus coordenadas exactas puntos de referencia para luego en la oficina identificar esos puntos en la imagen y poder casar ésta con la realidad (es lo que se llama georeferenciar una imagen). Después de ese proceso deberé llevar a cabo el resto del trabajo creando unas capas de información temática con el fin de crear los mapas que se pedían.

Como dato práctico sobre la ciudad de Beni se puede decir que el mejor alojamiento (y casi único recomendable) es el Hotel Beni. Tiene habitaciones desde 30 hasta 60 dólares la noche y un jardín muy agradable alrededor de la parcela. El precio de la habitación depende únicamente de la amplitud de la misma ya que todas te dan las mismas prestaciones: luz hasta las once de la noche gracias a un generador, agua fría marrón en el baño y unas almohadas durísimas. Si se quiere uno duchar con agua caliente (recomendable dado el fresquito que hace en esta ciudad) se tiene que pedir un cubo en la recepción que te lo dan lleno y listo a la hora que les digas (a no ser que se olvide)

viernes, 25 de julio de 2008

Accidente de barco

Antes de ayer apareció una noticia en la radio y en prensa sobre un accidente de un barco de pasajeros y carga en el río Ubangui, que hace frontera entre la República Democrática del Congo y la República Centroafricana.

Al parecer 42 pasajeros han muerto ahogados y más de 100 han sido dados por desaparecidos tras el naufragio de la embarcación. Según la radio de la MONUC (radio Okapi) viajaban 182 personas y numerosa carga.

El accidente se ha producido tras la colisión del barco con zonas rocosas a la altura de Gbongi, en el extremo noroeste del país, en la provincia de Equateur donde nació Mobutu y relativamente cerca de Gbadolite la ciudad donde éste pasaba largas temporadas al final de su vida desentendiéndose completamente de la realidad económica y política de su país y donde se construyó un palacio impresionante llamado el "Versalles de la jungla", un aeropuerto internacional y un embalse y central hidroeléctrica sobre el río Ubangui. El palacio fue saqueado en 1997 tras la caida del régimen de Mobutu y ahora todo aquello ha sido invadido por la vegetación.

Tragedias como la de este barco son por desgracia comunes en este inmenso país lleno de lagos y ríos navegables y tan escaso de carreteras que permitan un transporte normal de mercancías y ciudadanos entre las diferentes ciudades. Las razones principales por las que se producen estos hechos son la sobrecarga de los buques y la escasez de balizas o señales que ayuden en la conducción de las barcazas.

jueves, 24 de julio de 2008

El contrato de los guardas de seguridad

La casa en la que vivo está custodiada por cuatro guardas en turnos de a dos. La mayoría de las casas que están alquiladas por personal de la ONU (por no decir todas) sigue esta fórmula, en la que dos de ellos se quedan durante la noche (de seis de la mañana a seis de la tarde aproximadamente) y los otros hacen guardia durante el día.

Nuestros guardas se llaman Andre, Stefano, Pierre y Justin. Cobran 100 dólares cada uno, tres veces más que un policía o maestro, es decir, uno de los mejores sueldos de la zona para un empleado. El dinero se lo pagamos nosotros pero luego la ONU nos lo devuelve en nuestra nómina. Son unos tipos muy agradables y muy solícitos pero ya hablaré de cada uno de ellos más en profundidad en otra ocasión. Ahora os quería comentar otra cosa.

Lo curioso ha sido que, rebuscando ayer entre los papeles que hay en uno de los cajones del salón, me he topado con el contrato de servicio de los guardas por el que se estipulan todas las tareas que deben llevar a cabo. Algunas de ellas son lógicas y normales, otras un poco más llamativas y otras un tanto surrealistas. Aquí van:
  1. Asegurar la seguridad de la casa (su mismo nombre lo dice)
  2. Prohibir el acceso a cualquier persona no autorizada (obvio)
  3. Dar la alerta en caso de intrusión (evidente)
  4. Prohibición de dormir mientras se esté de guardia (esto no lo cumplen, ni de día ni de noche, pero se despiertan rápidamente)
  5. Limpiar los coches (de vez en cuando)
  6. Avisar con dos días de antelación antes de que se termine el saco de carbón y los bidones de agua con el fin de reaprovisionarse (el carbón es vegetal, la principal fuente de energía en la zona, que sirve para calentarse y hacer la comida. El agua es para ellos, nosotros llenamos los bidones con agua potable de la MONUC)
  7. Asegurar la limpieza del jardín (hay veces que encontramos cosas extrañas...)
  8. Cerrar el cerrojo de la puerta de casa a partir del anochecer (por lo que pueda pasar)
  9. Encender/apagar el generador si no hay electricidad y estar atento a la vuelta de la misma en la ciudad. Vigilar el nivel de gasóleo y avisar con antelación para su compra (en Bunia la electricidad se va y se va y se va y no se donde irá por que no vuelve en mucho tiempo y cuando lo hace es muy débilmente)
  10. Ir a hacer los recados de los residentes (como mucho ha sido comprar el pan) y reemplazar a las mamás en caso de ausencia de alguna de ellas (cosa que no ha hecho falta)
  11. Dar de comer al perro dos veces al día y cuidar de su higiene (¡¡¡pero si no tenemos perro!!!)
  12. En caso de terremoto durante la noche, despertar a los residentes (bueno, eso en caso de que los guardas se despierten antes que nosotros)

viernes, 18 de julio de 2008

Aniversario en Dungu

La semana pasada tuve que ir a Dungu, al noreste de la República Democrática del Congo y cerca de la frontera con Sudán, para hacer un levantamiento cartográfico de la zona, especialmente del gran aeropuerto que la MONUC ha construido con el fin de servir de base a las fuerzas armadas congoleñas y las tropas de la ONU en sus futuros ataques contra la milicia del Ejército de Liberación del Señor (LRA, por sus siglas en inglés)



Lo primero que llama la atención cuando uno llega después de una hora y media de vuelo en helicóptero ruso es el calor sofocante y húmedo que impregna el ambiente de la zona, rodeada de selva degradada y bañada por dos ríos caudalosos y numerosos riachuelos. La región, bastante llana, se encuentra a unos 700 metros sobre el nivel del mar lo que en estas latitudes cercanas al ecuador significa calor intenso durante el día y ambiente fresco durante la larga noche. Hablo de "larga" ya que aquí nadie tiene electricidad y una vez que el sol se esconde por el horizonte la oscuridad lo envuelve todo y no se ve nada a cinco metros de distancia a menos que sea una noche con luna.



Sí que había electricidad hace unos años. Dungu era en la época belga y en años posteriores un pequeño centro de inmigración procedente de paises europeos. Aquí se encuentra un montón de casas, fábricas o edificios de la administración hechos de ladrillo, una central hidroeléctrica que aprovechaba, mediante una canalización dirigida a dos turbinas, los saltos de agua de estos caudalosos ríos. Hoy en día hay huella de incluso tres grandes puentes en buen estado y un palacio junto al río Kaliba, sin olvidar la carretera que conectaba la ciudad con su salida natural hacia el sur, hacia Isiro, a unos 210 kilómetros de distancia. Belgas y griegos constituyeron el grueso de aquella "colonización", familias enteras se asentaron en la zona con el fin de invertir en negocios relacionados con la tierra: explotaciones mineras y sobre todo plantaciones de café trajeron a Dungu una época de esplendor.



Pero todo ese periodo de riquezas pasó a la historia después de la independencia y, especialmente, después de los años 80, cuando los últimos aventureros se marcharon para siempre. Los precios de sus productos cada vez eran más bajos y salir de la ciudad para llevar las mercancías hasta los mercados exteriores cada vez se hacía más complicado. La carretera que habían construidos los belgas aún es visible y "transitable" a través de la maleza y la selva que lo come todo. La falta de inversiones de mantenimiento ha hecho que ahora el camino se asemeje más a una antigua calzada romana que a una carretera de asfalto. Ahora ya no son los camiones los que entran y salen de la ciudad, el tráfico de las cuatro ruedas ha sido sustituido por el de las dos, bicicletas y motos traen los caros productos desde otros lugares que las familias a duras penas pueden comprar.



Después de la inversión en la construcción de la central hidroeléctrica y del levantamiento de postes para conducir la electricidad a los diferentes lugares todo el complejo se puso a funcionar en 1986 y duró hasta 1986, sí, no me he confundido, sólo seis meses estuvo en funcionamiento debido a problemas técnicos en el diseño del salto de agua. Ahora los únicos que tienen electricidad son algunas familias que compraron paneles solares y los observadores militares que tienen un par de generadores que funcionan a base de gasolina traída en aviones de la ONU desde Uganda.



Allí, con los observadores, me alojé en Dungu y fué con ellos (Wilson de Bolivia y Sebastián de Uruguay que están más solos que la una) con quienes realicé todo el trabajo de campo, tomando coordenadas GPS de los sitios importantes, haciendo el levantamiento topográfico del aeropuerto y cartográfico de las calles y caminos que salen de la ciudad. Fue con ellos y con la compañía marroquí con quienes celebré mi primer año en el Congo, un aniversario genial en medio del casi total aislamiento gracias a la hospitalidad de los observadores y la comida exquisita de los marroquíes.



Me llevo un recuerdo muy gratro de Dungu. Tiene una atmósfera especial por su pasado, por el entorno y sobre todo por la tranquilidad del ambiente (a pesar de que las milicias han llegado a 50 kilómetros de la ciudad) donde se puede pasear durante el atardecer y conocer la amabilidad y frescura de su gente, en un lugar donde todo el mundo se rie y hace comentarios viendo pasar a un blanco con un aparato electrónico extraño por sus calles.


lunes, 14 de julio de 2008

LRA: Ejército de Resistencia del Señor

Las siglas LRA corresponden al nombre en ingles del Ejército de Resistencia del Señor (Lord's Resistance Army), una guerrilla que se formó en 1987 en Uganda y que lleva camino de convertirse en una de las milicias más antiguas de Africa.

La milicia está liderada por Joseph Kony, quien se considera como un lider espiritual que está en contacto directo con Dios y que actualmente está acusado por la Corte Penal Internacional (CPI)de crímenes de guerra y contra la humanidad y en el año 2004 se dictó una orden de busca y captura internacional. El grupo armado pretende establecer un régimen teocrático basado en el milenarismo bíblico y en los Diez Mandamientos cristianos, cosa que a todas luces, después de más de dos décadas de luchas, han quebrantado sistemáticamente.

El verdadero origen de todo el conflicto no hay que buscarlo en los supuestos poderes sobrenaturales de un líder espiritual sino en hechos mucho más terrenales como el derrocamiento en 1986 de Tito Okello, de etnia acholi, por parte de Yoweri Museveni, actual presidente de Uganda. Los acholi, que habitan en el noroeste de Uganda, fueron tradicionalmente la tribu que ostentó el poder en el ejército (Idi Amin, por ejemplo, era de esta etnia) y temían peder ese dominio así como la venganza de las nuevas tribus provenientes del sureste y que manejaban la situación a partir de entonces.

Entre el año del estallido armado y la actualidad ha habido miles de muertos, cerca de dos millones se han visto forzados a abandonar sus hogares refugiados y según la ONU 25.000 niños han sido secuestrados y convertidos en porteadores de los pillajes o incluso en soldados.

Durante el año 2006 se desarrollaron conversaciones de paz auspiciadas por el gobierno de Sudán del Sur en un intento por poner fin a este largo conflicto pero en abril de 2008 se han dado por rotas ante la negativa de Joseph Kony de firmar los acuerdos debido a que el gobierno ugandés no ha retirado la petición de detención cursada ante la CPI. Kony asegura que el obstáculo para llegar a un acuerdo de paz radica en esa petición de arresto y mantiene que estaría dispuesto sin embargo a comparecer ante un tribunal ugandés ordinario.

El problema que conecta este conflicto con el Congo es que, desde hace un tiempo, los más de mil milicianos con que todavía cuenta el LRA han pasado las fronteras de Uganda con Sudán y la RDC. Ahora, se esconden en las casi impenetrables selvas del norte del país, en concreto en el parque nacinal de la Garamba y en el territorio de Dungu. La MONUC está dando apoyo a las Fuerzas Armadas Congoleñas (FARDC) para llevar a cabo una operación de ataque contra el LRA que todavía no tiene fecha de comienzo.

martes, 8 de julio de 2008

En casa de Jarko

Cuando estuve en Kinshasa la semana pasada me alojé en casa de Jarko, el jefe de la unidad de GIS. El vive en un recinto con una casa enorme en la que dentro hay cinco o seis apartamentos. La casa está situada en lo alto del Mont Ngaliema, cerca del palacio donde reside la madre del actual presidente. La casa tiene unas zonas comunes que todos los inquilinos comparten: el salón, comedor y cocina; una terraza muy agradable con un loro y una pecera; una piscina enorme en forma de cacahuete; un mirador con vistas a toda la ciudad; una sala con aparatos para hacer gimnasia; una sala de fiestas con barra de bar, discoteca y bola giratoria tipo años 70. Aquí viene lo curioso.




Jarko me dijo que Mobutu, en sus años buenos solía celebrar fiestas en este lugar y que normalmente se quedaba a dormir en uno de los apartamentos que componen la enorme casa. Pues bien, uno de esos apartamentos de la urbanización se había quedado temporalmente libre ya que sus ocupantes estaban de vacaciones. Jarko me dejó las llaves para que me pusiera cómodo pero cuando entré me quedé totalmente paralizado: tenía un salón particular lujosamente decorado y al abrir otra puerta se llegaba a un loft con cocina americana y comedor junto a una cama enorme, al lado había un ropero que era como otra habitación y un cuarto de baño.

Sí, era el apartamento en el que se quedaba Mobutu para pasar la noche después de la juerga, así que puedo decir que he dormido con Mobutu, bueno al menos con su espíritu.

viernes, 4 de julio de 2008

El reencuentro con Robert

Me imagino que todos os acordáis de Robert, mi compañero de despacho y fatigas durante parte de mi estancia en Kinshasa, si no, os remito a los escritos de los meses de noviembre y diciembre del año pasado. Después de irse del Congo en diciembre se volvió a Barcelona para preparar con Eva, su novia, una vuelta al mundo de un par de añitos. El primer tramo, Africa, lo comenzaron en febrero y tenían pensado concluirlo dentro de un mes o dos en Ciudad del Cabo (Sudáfrica), recorriendo el continente con un viejo Land Rover que compraron y prepararon en España.


Durante la correspondencia que hemos mantenido en estas últimas semanas Robert me fue diciendo los progresos que iban haciendo con el todoterreno en su camino hacia Kinshasa con el fin de poder tomar un avión desde Bunia y quedar en la capital. La semana pasada me dijo que ya habían llegado a Brazzaville, la capital de la República del Congo, el país que está al otro lado del río, así que me dispuse a preparar un viaje a Kinshasa para, aprovechando el puente por la celebración del Día de la Independencia, poder atravesar a verlos.


Llegué a Kinshasa el viernes por la noche y directamente me uní a la gente que conozco por allí para ir a una fiesta que se celebraba en una casa inmensa con piscina de una chica en la que se había contratado a camareros profesionales que repartían canapés y Primus por doquier.


Al día siguiente cruzamos el río Congo Jarko, mi jefe, y yo. Allí no estaban esperando Robert y Eva. A Robert lo encontré un poco más delgado (tienes que comer noodles para hacerte fuerte) pero la sensación general entre todos fue como que no hubiese pasado ni un día desde la despedida.


Nos alojamos todos en un hotel tranquilo, limpio y acogedor que se llama Hippocampe (20.000 CFAS la noche en habitación doble) que yo ya conocía de la anterior vez que fui a Brazza y que recomiendo especialmente por el restaurante de comida vietnamita que tienen y por el ambiente del resto de los huéspedes, la mayoría grandes viajeros que nos contaron un montón de historias.


Robert y Eva nos contaron (bueno, yo ya lo sabía antes de ir para Kinshasa) que cuando llegaron a la ciudad, mientras buscaban alojamiento, se les acercó un congoleño con la intención de comprarles el coche. Pensando que en Angola, Namibia o Sudáfrica iba a ser mucho más complicado vender el todoterreno, decidieron aceptar la oferta y tras regatear un poco al día siguiente se encontraron con el dinero fresquito en el bolsillo que les ha permitido amortizar la compra y arreglos del coche, y con un par de billetes de avión para Bangkok para este lunes pasado.


El sábado nos dedicamos a pasear por la ciudad, llevar las mochilas al nuevo hotel y tomar unas cervecitas por los poquísimos bares que hay en Brazza. El domingo era día de elecciones municipales y la ciudad estaba completamente paralizada. Allí tienen la extraña costumbre de prohibir toda actividad económica durante la jornada de comicios: imposible encontrar un taxi (que son casi los únicos coches que hay), imposible encontrar un comercio o restaurante abierto hasta el cierre de las urnas. Casi sólo había niños jugando al fútbol o andando por el medio de las calles aprovechando la ausencia de tráfico. De todas formas, hecha la ley, hecha la trampa. También había unos cuantos coches que tenían un letrero de "Laissez-passer" en el parabrisas y que circulaban por donde querían sin ser parados. Por la noche vimos el partido del siglo y abrimos una botella de cava que se habían traídos estos dos desde Barcelona.


Al día siguiente los acompañamos al aeropuerto, nos despedimos y nos fuimos Jarko y yo de excursión por los alrededores y el martes cruzamos el río de vuelta en el primer bote y fuimos a la oficina directamente.





Robert, el árbol bananero que plantamos en el Congo Batiment, detrás de nuestra oficina, ha echado raices y progresa adecuadamente (P.A. como en las notas de primaria). Dentro de unos años podremos recoger plátanos si no los ha comido todos Papa Joseph, que te manda saludos.

Un beso muy fuerte para los dos y mucha suerte en Asia.

jueves, 26 de junio de 2008

Vuelta de las vacaciones en España

El Lunes pasado se me terminaron las vaciones en España (merecidas, por supuesto) Esa es la razón por la que he aparcado el blog durante todo este periodo. Pido disculpas y lo retomo de forma normal desde hoy mismo.

Me quedé unos quince días por la lejana Europa a caballo entre Valladolid y Madrid principalmente. Las dos semanas han pasado muy rápido, volando y tengo la sensación de no haber podido hacer ni una décima parte de lo que me hubiese gustado, pero en fin, supongo que suele pasar.

Desde que llegué a Bunia, el lunes al mediodía, no he parado de trabajar por todo lo que se había acumulado y por los proyectos nuevos que, como champiñones, han vuelto a salir. Mañana, por lo pronto me voy casi una semana a Kinshasa. Cierto es que aparte de trabajar voy a aprovechar y me escaparé el fin de semana largo (aquí el lunes es fiesta nacional por la conmemoración del día de la independecia) con mi jefe al otro lado del río Congo, a Brazzaville, ya que Robert, mi amigo del alma con quien compartí Kinshasa, acaba de llegar a la ciudad y es la única oportunidad para verlo a él y a su novia, Eva. Aprovecho para que pinchéis en su página web y veáis el recorrido que se están haciendo alrededor del mundo.

Os mando un par de fotografías de Mousa, una de las personas que trabaja conmigo en Bunia. El se va de vacaciones mañana a su país, Jordania. Durante el tiempo que he estado ausente él ha tomado las riendas de la oficina. Confianza total en Mousa es lo que he tenido durante mis vacaciones.





jueves, 5 de junio de 2008

Foto de familia

Aquí os muestro la foto de familia que nos hicimos después de terminar la reunión que mantuvimos en Entebbe los jefes de oficina de cada ciudad y los jefes de Kinshasa.
De izquierda a derecha: Bernard que trabaja en Goma; Tim, un consultor externo que ha venido de EE.UU. para asesorarnos sobre un proyecto de mapas a escala 1:50.000 extrayendo información de imágenes de satélite; Anis, de la oficina de Kisangani; Javier, colombiano que trabaja en Kinshasa como jefe de la parte de datos; Shadrack, que trabaja en Kinshasa tambien como jefe de la célula de mapeo; yo mismo; y por último, mi querido amigo Debasish, indio de la India que se encarga de proyectos y operaciones.
Faltan en la foto Louis, encargado de IT que trabaja en Kinshasa; Arturo que trabaja en Bukavu y Jarko, el jefe de todos, más conocido como Pako para los amiguetes.