miércoles, 30 de enero de 2008

Mis mamas

Madre no hay más que una, eso está clarísimo. Pero uno, cuando sale de casa, tiene que saber aprovechar las oportunidades que le proporciona el ambiente para estar con un poco más de comfort. En Kinshasa, creo que comenté, Philipp y yo habíamos contratado a una persona, papá Albert, para, básicamente, lavar y planchar la ropa y limpiar la casa dos días por semana. Eso era todo.



Aquí en Bunia la vida es mucho más barata y la casa donde vivimos está más poblada y es más grande. Hace tiempo que mis compañeros de casa habían contratado a una señora para limpiar y hacerles la comida, luego hace un año contrataron a otra más a instancias de la primera.



Ahora, al llegar yo, como los otros dos no hablan ni papa de francés, soy el encargado de decir qué es lo que vamos a comer y de la comunicación con ellas para hacer recados. Por la mañana, antes de irme a trabajar hablo con los chicos de seguridad y les digo lo que deben preparar para la comida, les doy dinero y ellos van a comprar. Cuando llegamos, sobre la una y media, la comida está preparada y así no perdemos el tiempo para luego volver a trabajar.



Tenemos suerte porque los platos están muy ricos: cous cous, moussaka, pescados, carnes. De todo. Tenemos un libro de recetas en francés y de vez en cuando echamos un vistazo para ver lo que se puede preparar.



Existe la posibilidad de ir a comer a la MONUC House (ya hablaré más detenidamente) pero siempre es más agradable comer en casa comida preparada por nuestras mamas, Odette y Antoinette.


Los tres chicos de la siguiente foto son los guardas de seguridad (toma ya, como imponen). De hecho son cuatro pero el otro, Pierre, no trabajaba hoy. Ya les dedicaré un monográfico.




lunes, 28 de enero de 2008

La jaula de oro

Ya comenté hace tiempo que la gente que vive y trabaja en los sectores, es decir, fuera de Kinshasa, suele estar más arropada, suelen quedar bastante entre ellos y tienden a ser más agradables. La primera de las razones es, sin duda, la comunidad tan pequeña con la que tienes trato. Aquí en Bunia, a pesar de que hay bastante personal, todos al final te acaban conociendo por tu nombre y eso es bastante agradable (según para que cosas, obviamente)

Añadido a todos los trabajadores de todas las agencias de la ONU hay también mucha gente de ONG, que dan otro aire distinto al ambiente de la ciudad.

Por otra parte, las posibilidades de ocio distintas que se presentan se reducen bastante debido la relativa peligrosidad del entorno y a la escasez de "recursos" de la zona. La consecuencia de esto es que cualquier evento que surja se apunta todo el mundo.

Sin duda, el mayor punto de concentración de la semana es la Happy Hour. Mis compañeros de piso, Sami y Jon, son los encargados del Welfare Committee, es decir, que son los que organizan las fiestas, las proyecciones de las películas, deportes, etc. Aparte de ser una ventaja personal para mí, lo que se logra es que la gente se conozca y se lo pase bien. Así que los viernes nos juntamos un montón de gente y ... vaya, es interesante.

Ahh, el sábado celebramos una fiesta en mi casa. Era el cumpleanos de Irina. También, todo muy interesante (no hay fotos)

El único riesgo de todo esto es que al final tu entorno se convierta en una especie de burbuja irreal al margen de la realidad que nos rodea. Ante esto, he conseguido los contactos de un par de sacerdotes (un español y un mexicano) que están muy involucrados con la gente local. Son los típicos que han pasado toda su vida en lugares del Tercer Mundo y que saben como es el terreno de verdad. Tengo bastantes ganas de ver que hacen y echar una mano.

jueves, 24 de enero de 2008

Kisangani

Antes de llegar a Bunia, tal como os comenté, hice escala de un día y una noche para poder conocer la ciudad de Kisangani y reencontrarme con la gente que por allí anda. El aeropuerto de la ciudad esta a una media hora del centro, en medio de la selva virgen un tanto degradada de la llanura del rio Congo.


La ciudad fue fundada por Stanley (el de Livingstone, supongo) alla por el ano 1883 como una estacion de captacion e intercambio de mercancias. La razon de haber escogido ese lugar debio ser por su emplazamiento ya que se situa al lado de unas cataratas Stanley (vaya casualidad) que impiden la navegacion rio arriba. En cambio, desde aqui hacia la desembocadura, el rio es navegable hasta Kinshasa, con lo que la antigua ciudad de Stanleyville (vaya casualidad otra vez)y futura Kisangani se convirtio rapidamente en un importante enclave.
Lo que mas llama la atencion al ir paseando por la zona es la tranquilidad de las calles en comparacion con el bullicio de Kinshasa. Aqui hay muchos menos cohes, la gente no te acosa cuando vas dando un paseo e incluso se conservan varios edificios coloniales que, si no son espectaculares, al menos son agradables.


Los dos grandes emplazamientos de la MONUC en la ciudad estan al lado del rio. Para alla me dirigi a ver a la gente del trabajo. En la siguiente foto os muestro a los companeros de la oficina de GIS en Kisangani. Estan recluidos en un contenedor, al fondo de un hangar. El de la izquierda se llama Bernard y es de Kenia. No es maleducado, en realidad si mira a la camara lo que pasa es que tiene un ojo a la virule. El de la derecha se llama Anis (como el del mono) y es de Bangladesh. Tiene pinta del malo de la peli de Indiana Jones pero es buen tipo.

A parte de ellos contacte con gente que habia conocido en Kinshasa y nos fuimos a comer a otro edificio de la ONU. La pena fue que no pude ver a Marie, con la que Robert y yo hemos pasado tan entranables momentos. Me dijo que estaba de mision en Dungu (trabaja para la unidad de derechos humanos) y que no volvia hasta el dia siguiente, asi que no podriamos coincidir. Lo bueno fue que me dijo que me podia quedar en su casa a dormir, me dio el telefono de su companero de casa y contacte con el. Ella vive con un tipo muy majete de Nueva Zelanda y con un sudafricano. Al final de la jornada me llevaron para su casa y alli estuvimos tomando unas cervecillas, charlando y haciendo una cena suculenta. Despues a dormir y a levantarse pronto para ir al trabajo y despues al aeropuerto de camino a Bunia.

Una de las cosas que mas me gusto de Kisangani fueron sus fantasticas bici-taxis. El lugar es muy llano y da para poder llevar dos en la bici con un poco de gomaespuma en el trasportin.

miércoles, 23 de enero de 2008

Termina la Conferencia de Paz

Esta conferencia de paz ha reunido durante quince días en Goma a unos 700 delegados pertenecientes a todos los estamentos de la vida civil y militar de la región oriental de Kivu Norte, desde portavoces de comunidades étnicas hasta representantes de los grupos armados (especialmente los del general tutsi congoleño Laurent Nkunda y las milicias locales Maï Maï) pasando por miembros del gobierno, de la sociedad civil y representantes de la comunidad internacional.

Acaba de terminar todo esto con una declaración de intenciones, "Acto de compromiso", según sus propias palabras, que ha dejado más o menos satisfechas a todas las partes y que recoge las recomendaciones en favor de la paz y el desarrollo duraderos. Bla, bla, bla.

Se prevé un cese inmediato de las hostilidades en las dos provincias (Kivu Norte y Sur) comunicado por escrito y con copia para la MONUC. Los implicados deben abstenerse de realizar algún tipo de acción que pueda ir en contra de la paz, como por ejemplo: movimiento de tropas, intento de ocupación de nuevas posiciones o el aprovisionamiento de armas o municiones. Está previsto también la delimitación de las zonas de desarme y el despliegue de Cascos Azules en la zona. De hecho la MONUC había desplazado a la región durante todos estos meses de hostilidades a 4.500 Cascos Azules de los 17.000 que hay en total en todo el país.

Pero los dos puntos más peliagudos, desde mi punto de vista, son el desarme y repatriación de combatientes extranjeros (léase, rebeldes hutus ruandeses que participaron en el genocidio de 1994) y el proyecto de ley de amnistía, previsto por el gobierno. Es decir, a ver si Ruanda acepta la vuelta de combatientes y refugiados y a ver si hay impunidad para personas que han cometido violaciones de derechos humanos.

Un aspecto que ha resultado extraño es que en la declaración final incluso se dejan ver los distintos matices y eufemismos utilizados por los participantes. Por ejemplo, en vez de hablar de "grupos armados", tal como estaban definidos en un principio, se habla ahora de "movimientos político-militares"

Bueno, habrá que seguir los acontecimientos pero me da la sensación que los problemas reales no se han solucionado y que el enfrentamiento, los refugiados y las enfermedades seguirán durante mucho tiempo. Me temo que sea otra declaración de bonitas palabras pero papel mojado.

En lo que a nosotros nos concierne y afecta, esta resolución se trata de una carga de trabajo mayor y la posibilidad, ante el envío masivo de personal a la zona, de que la oficina de Goma se quede pequeña y necesitemos una reestructuración de puestos de trabajo. Es decir, si Goma (tal como ocurrió en Bunia hace tres años) se convierte en la zona más sensible del Congo, todos tendremos que seguir esa tendencia e ir para allá. De todas formas ya sabéis como va todo de lento en la ONU.

lunes, 21 de enero de 2008

Problemas tecnológicos

Pues no sé que está ocurriendo pero, creo que debido a la pobre red de telecomunicaciones que tenemos, estoy recibiendo mensajes continuos de error cuando trato de subir un video y fotos al blog y cuando trato de acceder a mi correo electrónico de gmail.

No me he perdido, simplemente hay problemas con la comunicación con el mundo exterior. Mañana lo retomo.

viernes, 18 de enero de 2008

Hola Bunia, hola

Tras unos días de ajetreado movimiento retomo la escritura que dejé aparcada en el hemisferio sur y que ahora vuelve desde el norte, a un grado y medio de latitud norte y treinta y medio de longitud este. Poco a poco me voy asentado en la hoy lluviosa y fresca Bunia.

Después de pasar una noche en Kisangani llegué a Bunia el miércoles sobre las cinco de la tarde (os recuerdo que os llevo adelanto ya que aquí es una hora mas que en la España continental), me vino a recoger al aeropuerto Mousa, con quien voy a trabajar a partir de ahora, y fuimos a casa, mi nueva casa, después de saludar en su trabajo a mi nuevo compañero de piso, Sami, de Kosovo, un tipo bastante majete que conoce a todo el mundo y todo el mundo lo conoce ya que es quien lleva la organización de las fiestas, "happy hours", etc.

Pues nada, a ver como va todo pero de momento esto tiene bastante mejor pinta que la inmensa Kinshasa. Parece que se abren nuevas posibilidades por aquí.

lunes, 14 de enero de 2008

Adios Kinshasa, adios

Bueno, pues ahora sí que sí. Este parece ser el final del primer periplo por el Congo. Me marcho mañana temprano hacia Bunia, al este de la RDC, en la provincia Oriental. Me tendré que levantar sobre las cuatro y media, ir a la oficina para dejar las llaves del coche y esperar allí el autobús de la MONUC para que me lleven al aeropuerto. He arreglado las cosas para que, en vez de ir directamente a Bunia, parar primero en Kisangani, conocer un poco aquella ciudad y al día siguiente irme al fin a mi destino final.

Es un lío enorme cambiar de oficina (de una ciudad a otra). Se debe pedir la aprobación de un montón de gente, mandar correos electrónicos y esperar las firmas de los jefes. Además de esto, todo equipamiento que haya estado bajo tu nombre se ha de devolver (coche, radio, ordenador) una vez resueltas sus respectivas inspecciones. Al final del proceso se tiene que mandar todas las pertenencias a través de avión para cuando llegue ya tenerlas por allí.

Espero que os hayan gustado los relatillos de mundele ya que a partir de ahora, tal como reza el subtitulo de este blog, pasaré a ser un mzungu. La verdad es que me han quedado muchas historietas en el tintero pero poco a poco irán saliendo o llegarán nuevas.

Como foto final, os mando ésta que he sacado esta misma tarde. En realidad nada se detiene y ya han mandado a un operario para quitar de la puerta de la oficina donde hemos estado trabajando Robert y yo nuestros nombres.

Pues nada, lo dicho: mbote a todos y nos vemos mañana en los grandes lagos.

viernes, 11 de enero de 2008

La recepción del embajador

Aquí va una historia que se me quedó en el tintero y que me pasó el mismo día que me fui para España. La transcribo tal como la dejé cuando la escribí, de ahí que las fechas no tengan mucho sentido.



Hace un par de semanas recibí una llamada de la embajada para invitarme a mí y al resto de españoles que trabajamos para la MONUC o las diferentes agencias de la ONU en el Congo a una comida-almuerzo en la residencia del embajador en Kinshasa. A la comida también estaba invitado Mr. Swing, el enviado especial de las Naciones Unidas en el Congo. De hecho él era el invitado de honor, extrañamente no lo éramos nosotros. ¡Qué injusto! El caso es que al cabo de un par de días me llegó la invitación junto con la de Robert, entregadas en mano en el trabajo (imposible fiarse del correo congoleño)




El miércoles pasado, el día de mi venida para España (una jornada de locura), nos estaban esperando a las 13:30 en la residencia que el embajador tiene en el barrio de La Gombe. Después de vestirnos de forma apropiada para tan importante ocasión, a pesar de que no pudimos llevar nuestras camisas congoleñas, llegamos a la embajada y entregamos las invitaciones. Nos dirigieron hacia la parte de atrás de la residencia, hasta una pérgola con sillones junto a la piscina. Éramos los últimos en llegar. Allí ya había sentadas unas ocho personas tomando canapés y vino blanco. Después de las presentaciones nos sentamos, nos acomodamos y seguimos un poco la conversión que se estaba desarrollando. Al poco tiempo nos hicieron pasar al comedor de la residencia donde toda la cubertería estaba preparada para la ocasión. Comimos un suculento almuerzo con escuditos de España e iniciales de la embajada en los vasos y los platos.

Lo curioso fue la disposición de los comensales. La mesa era rectangular y alargada, nadie se sentó en los lados cortos y en cambio Mr. Swing y el embajador se sentaron cada uno a un lado, en el centro del lado largo y uno enfrente de otro. Al poco rato llegaron los camareros que fueron sirviéndonos por este orden: primero Mr. Swing (el verdadero invitado), luego el resto de comensales y por último el embajador. Hablamos sobre todo de la situación en el Congo y del trabajo de la MONUC y de los españoles en ella. Miguel, el embajador, nos comentó como dato curioso que había 325 españoles registrados en la embajada del Congo y que el 80% eran monjas.

Al final de la comida se le hizo entrega a Swing de un pequeño obsequio y después de un café en el jardín nos despedimos todos no sin antes hacer la foto de rigor (no la tengo pero la trataré de localizar)

jueves, 10 de enero de 2008

De vuelta en Kinshasa

Bueno, pues de nuevo por aquí, al sur del Ecuador, con el calorcito propio de la zona.

Menudo viajecito. Salí sobre las ocho de la noche de Barajas rumbo a Bruselas donde llegué pasadas las once. La conexión del vuelo para Kinshasa no salía hasta las diez de la mañana y como no me apetecía ir hasta el centro de Bruselas y pagar una habitación en un hotel me quedé finalmente a "dormir" en el aeropuerto. Me pertreché de periódico y revista para leer y cazadora para abrigarme y pasar la noche en uno de los comodísimos bancos de la Terminal de salidas. No era el único, desperdigada por allí había gente tratando de dormir también en posturas imposibles.

Al llegar a Kinshasa y bajar del avión, después de una parada en Yaoundé, y a pesar de que ya era de noche ya que serían sobre las siete de la tarde, recibimos el típico bofetón de calor y humedad que marca el contraste y la vuelta a la realidad entre Europa y África. Después de pasar el control aduanero que hice mucho más rápido y mucho más tranquilo que la primera vez, me dirigí hacia la cinta de las maletas para recoger mi mochila. Hubo cierto suspense ya que la mía no apareció hasta casi el final pero afortunadamente no hubo bromas de mal gusto de la estadística y esta vez no me tocó a mí.

Cuando llegué a la ciudad me estaba esperando Aziz, un tipo genial, quien me ha acogido en su casa por unos días, y nos fuimos a cenar algo y después a su casa para dormir todo lo que no pude en el aeropuerto.

Por aquí todo sigue igual salvo que no está Robert, al que se echa un montón de menos. A parte de eso ya estoy haciendo todo el papeleo para irme destinado a Bunia la semana que viene de forma definitiva (tiene muy buena pinta)

Bienvenidos de nuevo a todos después de este parón vacacional.