Hace unos días se ha marchado de Bunia una verdadera institución. Se llama Costas y ha estado viviendo aquí, en la ciudad de Bunia, durante casi treinta años. Hace años, antes de las guerras que han devastado periódicamente este país, hubo una gran comunidad de griegos en la zona de Ituri que regentaban tiendas, llevaban negocios, explotaban plantaciones y buscaban minerales. De aquellos tiempos de esplendor queda ya poco, quizá un par de iglesias ortodoxas, unos cuantos edificios arrendados y algunas casas en franca decadencia. Todos se fueron en la época en la que Mobutu perdió el poder, allá por el año 97, cuando la vida se volvió más complicada, inestable y peligrosa. Pero de entre todo aquel legado ya lejano hubo algún intrépido que desafió a las guerrillas, los combates, las nuevas autoridades y hasta a la MONUC. Ese es Costas, un tipo, que aparte de tener negocios de contrucción en la zona, ha sido conocido por todos los que hemos pasado por Bunia debido a que era la persona que tenía el contrato del restaurante de la MONUC donde nos reunimos casi todos los días para cenar y tomar algún que otro trago.
Siempre estaba allí, detrás de la barra, como lo hacía Humphrey Bogart interpretando a Rick en la película Casablanca. La diferencia es, además de unos cuantos kilos de más, que no había ningún Sam para tocar el piano y nadie buscaba salvoconductos para escapar de aquel lugar a través del aeropuerto de Bunia. ¡Ah! de Ingrid Bergman tampoco tengo noticias.
Se vuelve a Grecia para retirarse definitivamente de Africa, seguirá volviendo de vez en cuando, pero ya cada vez menos y sólo para ocuparse de sus otros negocios, así que ya nada será lo mismo. Mientras tanto la administración de la MONUC sigue buscando, entre las ofertas presentadas, el contratista que se ocupe de reemplazarlo. Veremos si el nuevo que venga consigue hacer las pizzas y el souvlaki como le salían a él.
Siempre estaba allí, detrás de la barra, como lo hacía Humphrey Bogart interpretando a Rick en la película Casablanca. La diferencia es, además de unos cuantos kilos de más, que no había ningún Sam para tocar el piano y nadie buscaba salvoconductos para escapar de aquel lugar a través del aeropuerto de Bunia. ¡Ah! de Ingrid Bergman tampoco tengo noticias.
Se vuelve a Grecia para retirarse definitivamente de Africa, seguirá volviendo de vez en cuando, pero ya cada vez menos y sólo para ocuparse de sus otros negocios, así que ya nada será lo mismo. Mientras tanto la administración de la MONUC sigue buscando, entre las ofertas presentadas, el contratista que se ocupe de reemplazarlo. Veremos si el nuevo que venga consigue hacer las pizzas y el souvlaki como le salían a él.