Ayer llegó el presidente del parlamento nacional congoleño desde Kinshasa. El honorable Vital Kamhere aterrizó en el aeropuerto de Bunia a eso de las dos de la tarde. Lo recibieron los más altos dignatarios de la escena política local y provincial y la caravana que se formó de bienvenida casi atascaba la carretera de acceso a la ciudad.
Hacia ya varios días, alguna semana quizá, que se estaba rumoreando en Bunia que el mismisimo presidente de la república (Kabila, no el del parlamento) podría venir a Bunia para conmemorar el quinto aniversario de la "liberación" de Ituri, es decir, el quinto aniversario de la llegada de las tropas francesas bajo la llamada operación Artemis y el posterior despliegue de tropas de las Naciones Unidas.
Siempre que llega un dirigente de alto nivel a la ciudad a la gente encargada de la seguridad en la MONUC, en las agencias de la ONU o en las ONGs se les ponen los pelos como escarpias. Con la propensión que tienen por aquí los estudiantes universitarios a tomarse la justicia por su mano, la gente expatriada se altera, con razón, por si algún "imprevisto" pueda surgir.
Afortunadamente esta vez ha sido to muy tranquilo y no hay que reseñar nada en particular, pero las precauciones que hemos tenido que tomar dan una idea del estado de alteración que puede causar el estar a merced de los acontecimientos del país.
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