Así se llamó a la famosa pelea entre Muhammad Ali y George Foreman que tuvo lugar en Kinshasa, concretamente en el estadio 20 de mayo, actual estadio Tata Raphaël, el 30 de octubre de 1974.
El promotor de peleas de boxeo, Don King, tenía problemas para recaudar todo el dinero necesario para realizar el combate por lo que pidió un patrocinador fuera de Estados Unidos. Mobutu Sese Seko estaba más que encantado de poner dinero con el fin de dar publicidad a su proyecto de "autenticidad" y dar legitimidad internacional a su régimen.
Cassius Clay, que cambió su nombre en 1964 por el de Muhammad Ali, fue un boxeador carismático, contestatario y muy conocido por su activismo político (objetor de conciencia y militante pro derechos de los negros). En 1967, tras su negativa a alistarse para ir a la guerra de Vietnam, fue desposeido del titulo de campeón de los pesos pesados, condenado a cinco años de prisión y una multa de 10.000 dólares.
A la vuelta del parón obligado se produjo su primera derrota al tratar de recuperar el cinturón de los pesados pero más tarde tuvo la oportunidad de resarcirse en Kinshasa luchando contra Foreman. Al parecer, en el octavo asalto, Ali le lanzó un derechazo a Foreman que le obligó a éste a retirarse, ganando Ali por KO técnico.
Los habitantes de Kinshasa estaban completamente del lado de Muhammad Ali. Según se dice, todo el mundo gritaba: "Ali, boma ye", es decir, "Ali, acaba con él".
Años más tarde se rodó una película (When We Were Kings) sobre la pelea que ganó el Oscar al mejor documental en el año 1996. Ali recogió el premio sobre el escenario y Foreman lo ayudó a subir las escaleras ya que aquel ya mostraba un Parkinson incipiente. Había pasado mucho tiempo desde la pelea, se hicieron amigos después del combate.
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2 comentarios:
¡Vaya lección de historia del boxeo que tan bien nos has contado¡.
La verdad es que me has quitado el tema. Yo que pensaba contarlo hoy precisamente.. (es broma, je je).
Un beso Diego. Tus lectores esperamos tus escritos con impaciencia. Marisi
Recuerdo perfectamente el momento de la recogida del Oscar de Mohamed Alí, cuando ya el Parkinson le estaba aprisionando. Es uno de los grandes mitos de la cultura estadounidense, un personaje carismático y un agran defensor de los derechos humanos. Su hija también es famosa ya que ha iniciado una carrera de boxeadora, siguiendo la estela de su padre.
Suelto todo este rollo para que los lectores del blog se den cuenta, de que la gran y vasta cultura que exhibe Diego es fruto de las muchas sesiones que compartío con su adorada y educadora hermana en Valladolid (sobre todo en compañía de su amigo Pedro) y como él bien sabe no siempre con métodos ortodoxos. Adelaida
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