Hace una semana, el domingo pasado, cuando estuve en Bukavu, nos escapamos mi jefe Jarko, su jefe Bruce y yo, con un todoterreno, hasta un parque nacional llamado Kahuzi-Biega que está a dos horas en coche desde la ciudad.
Llegamos a las puertas del parque nacional a las nueve de la mañana. Allí nos estaban esperando los guardas forestales con sus AK-47, radios y demás material, atentos a la información que les daban sus compañeros que estaban en las montañas sobre la localización de los gorilas de montaña que íbamos a ver.
La verdad es que yo estaba esperando bastante aventura pero todo resulto al final de lo más banal. Según nos habían comentado los días previos otras personas que ya habían subido a la montaña, se debía llegar con el todoterreno hasta el final de un angosto camino y desde allí emprender una marcha de unos cuarenta minutos o una hora hasta poder llegar al emplazamiento de la familia de gorilas. Nosotros, después de pagar 150 dólares cada uno (lo cual es muy poco comparado con los 700 que has de pagar en Ruanda) nos montamos en el coche con el guía jefe para hacer un recorrido por un camino, monte arriba, entre la selva tropical, hasta llegar a un claro donde dejamos el coche. En total íbamos unas diez personas: nosotros tres, otros tres visitantes en otro coche y cuatro guías armados con Kalashnikovs, machetes, radios y GPS.
Después de aparcar los coches como pudimos los guias, en voz muy baja nos dijeron que nos mantuviéramos todos unidos, que no habláramos y que si veíamos a un gorila venir hacia nosotros, nos quedásemos quietos, sin mirarle a los ojos y en actitud pasiva. A mi, obviamente, todo eso me encantó. Se suponía que debíamos emprender la marcha y tras un largo trecho andando y completamente empapado, ver la familia de gorilas que habían localizado por la mañana.
El jefe de los guias nos dijo que tradicionalmente los gorilas, igual que otros simios, eran parte de la dieta de las poblaciones de la zona, especialmente pigmeos, a los que han implicado en la conservación del parque contratando a varios como guardas forestales, uno de los cuales vino con nosotros. Nos comentaron que tras la última guerra, después de que la población de primates estuviera al borde de la extinción, los grupos de animales se habían recuperado un poco y que ahora quedaban nueve familias de gorilas, tres de las cuales estaban acostumbradas al contacto humano. En particular, la que nosotros queríamos ver se componía de un macho dominante (espalda plateada), 17 hembras y 13 crías.
Como estaba diciendo, después de dejar los coches y estar preparados para la caminata y asimiladas las instrucciones de los guias, emprendimos la marcha montaña arriba. Bueno ... pues no habían pasado ni treinta segundos cuando alguien dice "Mirad!! ahí hay un bebe gorila". Efectivamente, allí estaba toda la familia esperándonos: el espalda plateada plácidamente comiendo hojas y tallos, pasando de nosotros, y sus hembras y crías esparcidos por los árboles de los alrededores.
Vaya bajón. Yo que esperaba una aventura apasionante y me encuentro que toda la familia nos estaba esperando al lado del camino. Estoy seguro que luego el dinero de la entrada del parque se lo reparten a medias entre los gorilas y los guías.
El caso es que empezamos a tirar fotos asombrados, mirando por todas partes, pero aquello se convirtió en algo cómico cuando los propios guardas forestales empezaron a hablar en voz alta, cortando ramas a machetazos para que pudiéramos sacar fotos más fácilmente y haciendo ruidos y golpeándose el pecho a modo gorila para provocarlos y poder tener mejores instantáneas.
La verdad es que a pesar de la poca aventura merece la pena y es una experiencia única. Estuvimos hora y media con ellos y al final sí nos dimos una vuelta por la selva para ver a más miembros de la familia.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
4 comentarios:
pero que peeeeeeeerrrrrrrrrrros
eso quiero hacer yo
edu, el payaso
Que bueno :)
Un abrazo fuerte Diego.
Samu.
QUE BUENO QUE PUEDAS COMUNICARTE , TENGO A MI MARIDO POR AHI TRABAJANDO PERO NO TIENE COMO COMENTARME LO QUE HACE, FELICIDADES!!!
los gorilas son mis amimales preferidos ,me encantaria de ir al congo haber si me toca una primi las fotos son geniales por lo menos me conformo con verlas .muchas veces me pongo apensar si yo viera a un gorila cerca , es una de mis ilusiones en la vida chao.
Publicar un comentario