El transporte de mercancías

Bueno, todos sabemos o nos imaginamos que las carreteras del Congo no son como las autopistas alemanas pero aún así hay cierta diferencia incluso con los paises de alrededor. Por ejemplo, si vas a Ruanda o Uganda las carreteras principales están todas asfaltadas. Por supuesto que te encontrarás unos cuantos baches y el ancho de la zona pavimentada considerablemente estrecho, pero aún así el transporte de mercancías tiene cierta normalidad, con horarios que se pueden preveer con antelación y con camiones que llevan los productos más básicos a distintos lugares del país.



En el Congo nada de esto ocurre. Las carreteras asfaltadas brillan por su ausencia a excepción de la vía principal que conecta Kinshasa con Matadi y Kinshasa con alguna ciudad del sureste. En cambio en Ituri, la situación es de un aislamiento total por falta de infraestructuras, situación agravada en temporada de lluvias donde los caminos estrechos quedan completamente embarrados y un viaje de 100 kilometros puede llevar un día o una semana.



Como ejemplos representativos del transporte de mercancias os quería enviar estas dos fotos que plasman a la perfección la situación que esta gente tiene que sobrellevar día a día.



La bicicleta (china, por supuesto) es el medio de transporte por antonomasia. En ella se carga todo tipo de enseres y productos susceptibles de ser vendidos, desde un saco lleno de sandalias hasta uno lleno de carbón vegetal, pasando por pescado fresco que han comprado en Kasenyi (al borde del lago Alberto) y que venden en Bunia después de recorrer 60 kilómetros y pasando de 600 metros a 1300 sobre el nivel del mar.



Para que os hagáis una idea de lo que tiene que soportar esta gente os diré que pueden llegar a recorrer hasta 400 kilómetros desde el punto de inicio hasta el lugar de venta. Se pasan todo el día empujando la bicicleta de dia y de noche, haga un sol incandescente o caiga una lluvia torrencial, cuesta arriba y cuesta abajo ya que ni siquiera se pueden montar en ella.



El esfuerzo en términos energéticos que estos pobres hombres han de soportar a lo largo de sus jornadas es terrible y se dan casos, no pocos, que aparecen muertos en la cuneta debido a que no comen las calorías suficientes para reponerse de todo el esfuerzo acumulado. Su problema es que después de un día entero tras otro empujando la bici sólo ingieren un pedazo de fufu (pasta a base de harina de maiz y mandioca) o fruta de temporada (mango, aguacate ...) o mascan caña de azucar y todo eso no les da para recargar la energía que han ido perdiendo.