Claramente la ley que rige en las carreteras y calles de Kinshasa y alrededores es la ley del más fuerte. El "yo llegué primero" o "allá que voy" son el pan nuestro de cada día. Así que, respirar hondo, tranquilidad y ... actuar como ellos.
Si un vehículo está al lado de la calzada (en especial transporte colectivo) hay que tener mucho cuidado ya que su reacción es completamente imprevisible. Los conductores, una vez que han descargado y cargado pasajeros (no siempre en ese orden), se precipitan sin mirar y sin temor al flujo principal del tráfico. Nunca miran si viene alguien. Si vas conduciendo tu coche, y aunque por detrás de ti no haya nadie a 500 metros, ellos siempre tratarán de salir antes que tú.
Por la noche, a parte de que el alumbrado publico es la décima parte del europeo, la gente siempre lleva puestas las luces largas, con lo que lo mejor es ir mirando para abajo y a la derecha, insultar y encomendarte a la suerte. Da igual que te deslumbren y que se deslumbren entre ellos, los baches y agujeros se ven mejor y punto.
Los adelantamientos están permitidos siempre, en todo momento. Da igual que vengan coches por el otro sentido, incluso a su vez, adelantando. La máxima es que siempre hay sitio para todos. Lo único que hay que hacer es echarse a un lado, tratar de no atropellar a los transeúntes, y continuar como si nada.
Amigos, pruebenlo. Conducir por esta ciudad es como jugar a un videojuego. De hecho ya he visto algún "Game Over" en las carreteras.
1 comentario:
Uf, no me hables del tráfico africano que se me erizan los vellos sólo de pensarlo.
Precaución amigo conductor!!!!la senda es peligrosa...
Un abrazo.
Sergio.
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