Bunia, a pesar de ser capital de distrito, no tiene carreteras pavimentadas. De hecho los únicos coches que se ven en la ciudad son los todoterrenos de las ONG y de la MONUC ya que coches privados, nada de nada. Lo que sí te encuentras por todas partes son motos importadas de China que incluso hacen las veces de motos-taxi por el módico precio de 300 francos. Lo curioso es que la mayoría de los "taxistas" y propietarios de motos son exmilicianos que cambiaron el Kalashnikov por un poco de dinero, así que la gente te dice que tengas cuidado con ellos. Cuando llueve (y llueve mucho) se forman unos torrentes dignos de un descenso de aguas bravas, pero lo interesante es que con el calorcillo se evaporan rápidamente por lo que la vida continúa al poco rato.
Otra de las cosas que de las que carece Bunia es la luz eléctrica. Os muestro el generador que tenían en la casa donde me quede. Es un rollo ya que, a pesar de estar alejado, se oye continuamente el ruido del motor, aunque es imprescindible para hacer cualquier cosa.
Lo que sí se agradece en Bunia comparado con Kinshasa es el tiempo y el clima que hace en general. Es imprescindible una chaqueta por la tarde y la noche ya que refresca bastante. Al estar elevado, el clima es más saludable y los mosquitos son muy pocos. En estos días que he estado allí me recordaba bastante a Foz en verano.
1 comentario:
¡Hola Diego!
Espero que siga todo tan bien en Bunia como en Kinsasha. La verdad que tiene muy buena pinta por lo que estás contando. No vas a tener tanta "vida" como en la capital pero por lo que cuentas, paisajísticamente hablando, debe de ser muchísimo más espectacular.
Un abrazo.
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