miércoles, 29 de agosto de 2007

Mudanza en el trabajo

¡¡Qué desastre!! Desde que llegué he estado trabajando en una oficinas que en realidad son despachos prefabricados. Los trajeron a la espera de terminar las obras del edificio definitivo, es decir, un poco provisional. Bueno, pues lo provisional ha durado cinco años.

Hace dos semanas nos dijeron que estaba todo preparado y que debiamos hacer la mudanza al día siguiente. Con el lío de la huelga de los trabajadores congoleños todo quedó paralizado hasta que se normalizase la situación (más que nada porque son ellos los que hacen la mudanza). El lunes vovieron a trabajar, con lo que hoy se ha hecho el traslado, muy rápido y ordenado, hacia unos despachos amplios y hermosos. Pero había truco, al parecer nadie había pensado en la cantidad de ordenadores, trazadores, impresoras y aires acondicionados encendidos a la vez, así que una vez que se terminó toda la mudanza nos dijeron que debiamos llevar las cosas de vuelta porque el sistema eléctrico no tiene la suficiente capacidad para soportar todos los equipos.

Así que estamos de vuelta donde antes, probablemente por un par de semanas. Me encanta. Si es que esto parece Alemania, ¡qué previsión!, ¡qué planificación! Lo mejor de todo es que te acostumbras perfectamente a este ritmo y parece algo completamente normal.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

mmmm no me extrañaría que eso pasase también aquí, no me extrañaría nada. Entonces, ¿cuánto cuesta una primus?

Sergio

Anónimo dijo...

Te recuerdo nuestras mudanzas, la planificación de nuestros viajes (Rumanía por ejemplo), así que no nos quejemos tanto, que esto es España y todavía recuerdo un trabajo en el que me estuve mudando casi un año entero. Lo dejé para no tener que hacer la mudanza.

Un fuerte abrazo.